La disciplina positiva, como base del estivo educativo en el hogar, permite establecer el equilibrio entre la permisividad y la severidad y comprender qué objetivos tienen las niñas y los niños con sus comportamientos. Adquirir comprensión sobre lo que hay detrás de las llamadas de atención o conductas desafiantes facilita el desarrollo de habilidades para centrarnos en las soluciones y reconducir estas conductas a otras más adecuadas, favoreciendo su aprendizaje, autonomía y desarrollo.