La adopción es el acto jurídico por el que se crea un vínculo paternofilial entre personas que no lo tienen por naturaleza. Con la adopción se generan vínculos entre personas adoptantes y los niños o niñas susceptibles de adopción, análogos a los biológicos. Es irrevocable.
La adopción proporciona una familia a aquellos niños y niñas que no pueden permanecer en la suya de origen. Por tratarse de un recurso de protección a la infancia, de entre todos los intereses que pueda haber implicados, siempre prevalece el interés del niño o niña.
Con carácter general, las personas que se ofrezcan para adoptar deberán inicialmente cumplir lo siguiente:
El proceso de adopción tanto regional como internacional se materializa en varias fases:
Existe una importante desproporción entre el número de familias que se ofrecen para adoptar en la región y el número de personas menores de edad adoptables. Esta da lugar a que las familias oferentes deban esperar un tiempo prolongado hasta que se considera necesaria su valoración. Esto no ocurre cuando las expectativas de la familia van dirigidas a niños y niñas con necesidades especiales puesto que se prioriza su valoración.
Según la Ley 7/2023, de 10 de marzo, de Atención y Protección a la Infancia y la Adolescencia de Castilla- La Mancha, se consideran personas menores de edad con necesidades especiales:
Cuando el superior interés de la persona menor de edad así lo aconseje, en razón de su situación familiar, edad o cualquier otra circunstancia significativa valorada por la Entidad Pública, podrá acordarse el mantenimiento de alguna forma de relación o contacto a través de visitas o comunicaciones entre la persona menor de edad, los miembros de la familia de origen respecto de los cuales se valore adecuado, y la familia adoptiva, favoreciéndose siempre que sea posible la relación entre los hermanos y hermanas biológicas.
Por sus propias características, la adopción internacional implica que una parte importante del procedimiento se realice en el país de origen del niño a niña. Para apoyar a las familias en esta parte del trámite existen Organismos Acreditados para la Adopción Internacional (OAAs) que realizan funciones de intermediación; si bien, en algunos casos, la tramitación de los expedientes puede realizarse por Protocolo Público.
En las sesiones informativas de adopción, previa a la presentación de las solicitudes, las personas oferentes serán informados de los países con los que es posible tramitar en el momento de su solicitud y los requisitos específicos exigibles para cada uno de ellos, además de los establecidos por nuestra propia normativa.
Las personas adoptadas, alcanzada la mayoría de edad o durante su minoría de edad a través de sus representantes legales, tendrán derecho a conocer los datos que sobre sus orígenes obren en poder de las Entidades Públicas, sin perjuicio de las limitaciones que pudieran derivarse de la legislación de los países de procedencia, en el caso de la adopción internacional.
Servicio puesto en marcha en 2016 por la Consejería de Bienestar Social, que ofrece talleres grupales, asesoramiento y orientación, apoyo especializado e intervención para todas las familias adoptivas y las que se encuentren en proceso de guarda con fines de adopción:
El marco normativo que rige la adopción nacional e internacional de niños y niñas es el siguiente:
Internacional
Nacional
Regional
El Programa de Prevención e Intervención en Abuso Sexual Infantil presta atención integral y especializada tanto a niños, niñas y adolescentes que han sido víctimas de este tipo de maltrato, como a los agresores menores de edad, así como a las familias de ambos.
Asimismo, tiene como objetivo facilitar orientación e información a los y las profesionales que puedan estar en contacto con niños, niñas o adolescentes víctimas de abuso sexual, apoyando su intervención.
La atención psicológica, social y jurídica, se lleva a cabo por un equipo profesional especializado, que trabaja de forma coordinada, tanto a nivel interno como externo.
Respuesta integral a las situaciones de abuso sexual
La comunicación constituye un elemento fundamental de la convivencia familiar que influye en el bienestar tanto de los hijos e hijas como de sus padres y madres.
Con la entrada de la adolescencia, sin embargo, la comunicación familiar se deteriora: chicos y chicas hablan menos de sus asuntos, pasan menos tiempo interaccionando con sus padres y madres y la comunicación, en definitiva, se hace más difícil: pareciera que los enfados, las discusiones, la incomprensión, y los silencios se multiplican.
Sentimos que ya no somos importantes para nuestros hijos e hijas, y que aquello que ven, oyen o les dicen sus amigos y amigas tiene más valor que cualquier consejo u opinión que podamos darles. Todo esto puede generar situaciones de frustración y enfrentamiento.
Como figuras de referencia para nuestros hijos e hijas tenemos que abordar temas transcendentales para su desarrollo vital, como por ejemplo las relaciones afectivo-sexuales, las drogas o el uso y abuso de las nuevas tecnologías.
Si bien como padres y madres representamos las normas y las obligaciones, también representamos el amor y la seguridad que nuestros hijos e hijas necesitan. Por ello, es necesario esforzarse por reducir distancias e incrementar la comunicación mutua.
Sabiendo que no existen las recetas mágicas, algunas cosas sí ayudan:
QUÉ AYUDA:
Cualquier madre o padre de adolescentes coincidirá en los llamativos cambios que observan con respecto a cómo eran en la etapa infantil. Impulsividad, rechazo a las normas, reacciones emocionales exageradas ante cuestiones que nos parecen poco relevantes, “alejamiento” … son sólo algunas de las cosas que ocurren y que no nos explicamos.
Pero, ¿y si pudiésemos entender por qué ocurre todo esto? Porque normalmente, como padres o madres, tendemos a interpretar sus cambios y sus comportamientos como algo negativo…
Está demostrado, y hay mucha literatura actualmente, que en la etapa adolescente se producen una serie de importantes cambios a nivel físico, hormonal y, esto es menos conocido, también a nivel cerebral, que desencadenan esta tormenta.
En el cerebro se produce en esta etapa lo que se llama PODA NEURONAL: una limpieza y eliminación de conexiones neuronales que se rige por eliminar lo que no se utiliza para reforzar lo que es necesario.
La CORTEZA PREFRONTAL, que es la encargada de organizar, razonar y filtrar, por así decirlo, se encuentra aún poco desarrollada y en continuo cambio, ocupada en establecer un sinfín de conexiones neuronales, que serán muy necesarias en un futuro, por lo que podemos decir que no da abasto para regular al resto de estructuras cerebrales, lo que implica el descontrol de los impulsos y la dificultad para modular las emociones. Hoy sabemos que no alcanzará su madurez hasta aproximadamente los 25 años de edad…
Por el contrario, el sistema límbico, el llamado “cerebro emocional”, se encuentra muy desarrollado y en plenas facultades. La AMÍGDALA es la parte que se ocupa de integrar los estímulos y provocar la respuesta a éstos. Así, ante un estímulo o emoción, toma el mando y desencadena una respuesta, tanto emocional, como de conducta, que aún no puede ser suficientemente controlada por la corteza prefrontal.
Si a esto unimos que en la adolescencia hay una mayor sensibilidad cerebral a la gratificación o recompensa y a las relaciones sociales, podemos entender la búsqueda de emociones intensas, la necesidad de refuerzo inmediato y la asunción de conductas de riesgo (y contra lo que pueda pensarse, la adolescencia sí percibe el riesgo, pero es más fuerte la gratificación resultante de asumirlo).
En definitiva, todo un terremoto que el córtex prefrontal aún no puede controlar.
Por otra parte, y esta es una de las grandes oportunidades y ventajas de la adolescencia, en esta etapa se dispara enormemente la capacidad de aprendizaje; una capacidad que nunca habrá sido ni será mayor a lo largo de la vida.
Digamos, igualmente, que para el o la adolescente, no es una etapa fácil; ellos mismo no entienden bien por qué les pasa esto y lo que sienten.
Gran activación, emociones intensas, facilidad inmensa de aprender, todo ello mezclado con una enorme confusión y un bajo control de los impulsos.
Todos estos procesos, repasados de forma muy simple, que se producen en el cerebro adolescente tendrán como resultado una mayor velocidad de comunicación neuronal, y el refuerzo de las interconexiones entre ambos hemisferios y las redes neuronales; es decir, dará lugar a un cerebro más eficaz, más potente y más maduro, en el que paradójicamente, acabará produciéndose un aumento de la concentración, la regulación de las emociones y el control de impulsos.
Una vez conocidas las razones, en primer lugar, es importante interiorizar por qué ocurre, lo que nos dará una mayor posibilidad de entender sus comportamientos y sus reacciones, aliviando así esa sensación de “pero, ¿qué habremos hecho para que esto ocurra?”
Y, aunque esto sea importante, nuestro papel tampoco debe ser el de dejarlo pasar y esperar a que amaine el temporal, sino que deberemos seguir ejerciendo ese papel de “córtex prefrontal” ante ellos; ahora más aún si cabe; eso sí, reforzando la escucha, el diálogo y asumiendo que ya no tenemos ante nosotros un niño o una niña sino una persona en una etapa de transición absolutamente necesaria y adaptativa, que va abandonando la niñez y que lucha para construir, a marchas forzadas y con muchos sobresaltos, lo que será su vida como persona adulta.
Para saber más…
Se abre un espacio para la participación de niñas y niños tutelados en el Consejo Regional de Infancia y Familia de Castilla la Mancha, espacio generador de propuestas e iniciativas sobre aquellas cuestiones de interés que puedan afectar a la infancia y adolescencia, así como a las familias residentes en la región.